EL VIAJE

Todo comenzó bajo la idea de un viaje de descanso, una suerte de “desconexión” de Santiago. 

Hasta ese minuto, en mi imaginario, Chiloé sólo representaba una locación de bellos parajes y mucha tranquilidad. Mi propósito inicial, además de descansar, era aprovechar la estadía para hacer muchas fotos. Lo que inicialmente estaba planificado como un periplo de 10 días, se extendió por un mes completo.

Recuerdo con mucha emoción mi primer día en la Isla Grande y aquella imagen indescriptible que se colaba a través de la ventana de mi cuarto. Esa vez, agradecí con toda mi alma el espectáculo que la naturaleza, con toda su magnificencia, me estaba regalando. Agradecí también la ausencia de aquellas cosas que ensombrecían mi vida en la ciudad; los edificios, el estruendo y el hormigón armado. 

Por esos días, amé entrañablemente la furia del viento y de la lluvia, los rostros endurecidos a través de los inviernos, las manos curtidas de tanto trabajo, la sonrisa indulgente de los hombres y mujeres de la tierra y del Mar. 

Esa y muchas otras ventanas me ayudaron a desentrañar un secreto muy bien guardado: Otra vida es posible…

Nombre

Nino Aldo Yuri Manolo Fortte Baldovino

29 años

Lugar de residencia

Santiago