EL LIBRO DE LOS BRUJOS

En las noches de invierno las baudas se escondían en los árboles y nosotros sentados en torno a la estufa a leña escuchábamos a la abuela hablar del libro de los brujos. Nos hablaba de ese libro con una mezcla de temor y admiración por una cosa excepcional y secreta; decía, es un libro que contiene todo el conocimiento mágico y las hechicerías de quienes integran esa sociedad secreta.
La abuela decía que las delgadas páginas del libro están hechas de piel humana; y está escrito en un lenguaje que solo comprenden quienes ejercen los más altos cargos en esa organización misteriosa que es la Recta Provincia. El Rey de Sobre la Tierra y el Rey de Bajo la Tierra son los únicos señores que pueden entender el idioma antiguo en que está escrito, y por eso podían leer ese libro de cosas secretas. Cualquier otro curioso que por casualidad llegue a leerlo sufrirá consecuencias no deseadas. Algunos quedaran ciegos, otros mudos. Ciegos a causa de la poderosa sugestión causada por el extraordinario poder de las extrañas figuras dibujadas en ese libro misterioso, y mudos al pronunciar palabras prohibidas al humano común y silvestre.