En Cucao, las ánimas con desesperación y congoja llaman al mezquino barquero “Tempilcahue”, que no llega a buscarlos para viajar al más allá.
Mientras en Aucar, isla de almas navegantes, las ánimas llegan caminando por la pasarela acompañados de las aves y al compás de la música de los pasacalles, para llegar a destino y el alma descansar en el paraíso de Aucar.
Javiera Mancilla Cifuentes
26 años
Castro, Chiloé