MI MADRE

Ella es mi patrimonio Chilote, ya que dejó gran enseñanza en mí, el amor a la tierra, a sus gallinas que la conectaban con la isla, sus relatos vivos que me transmitió tantas tardes, sus comidas que a menudo hacía, como chapaleles, milcaos y cazuelas de mariscos, el amor por la isla; esa sabiduría que poseía, que nunca perdió hasta sus últimos días de su existencia y que no dejó de relatar.

Ella aunque solo vivió hasta los 15 años, en Puqueldòn –Chiloé me enseñó como es la vida en esas lejanas islas y lo sacrificado del vivir.

Sus comidas que las dos tantas veces saboreamos como si estuviéramos allá, hechas la gran mayoría en base a papas, incluso los postres.

Cada vez que puedo viajo a esa isla, donde me empapo de sabiduría de mis ancestros.

Mi patrimonio intangible, ella que vivió tan poco y mucho para contar sus penas y alegrías vividas allí. Ella falleció a los 89 años en Talcahuano, lejos de su isla donde nació.