EL YOCO

El “Yoco”, se presenta siempre generoso, desbordante, patrimonio de la esencia chilota, sin egoísmos, sin limitaciones, herencia generosa que se niega a desaparecer; tradición familiar, humeante, abundante, como la solidaridad del chilote.

 De carácter social, comunitario, se funde en el caldero el corazón de su gente, el trabajo del hombre de mar y la mujer campesina; se vierten en él, la empatía, la reciprocidad, lo mejor de sí mismos en pro del bien común; gran gesto humano, que al igual que antaño sirvió de aliado, hoy en tiempos difíciles, no puede ni debe morir.

Muestra de amor, muestra de sabor, deleite de aromas, formas y texturas; cargado de calor humano, de enjundia, capaz de reponer las fuerzas y el vigor a cualquier “cristiano ´e Dios” después de la marisca o la tormenta.

El “Yoco”, primigenio depositario carneo en su génesis, se ofrece, se sirve y se comparte; su implante en la cultura fortaleció lazos, costumbres y tradiciones, dejando en evidencia en cada plato, el carácter e idiosincrasia del chilote siempre solidario.

En Queilen la cultura vive, en un hervidero invernal de almas y corazones, que se ofrecen al comensal, manteniendo junto al fuego las tradiciones.

Nombre

Marco Antonio Tapia Ibarra

46 años

Lugar de residencia

San Bernardo, Santiago