BRUJO CHILOTE

Cuando el brujo confecciono su makuñ y por los cielos voló, se fue saltando de isla en isla para cumplir su misión. Se fue tapado del hombro al pie con lana de oveja hilada y pintada con plantas que dan color, tejido entre un montón de palos por la vieja que un día lo pario. Una manta de lana, que poncho llaman por allá en esa tierra olvidada y tan lejana. Cubrió también su cara pa que no lo reconocieran – brujo pillao, más de un año no le queda – .

Con su chayanco a la víctima diviso, con su libro de arte unas palabras recito, un flechazo a lo lejos le mando. Pasó una noche y Marcelo Avendaño sin aliento se quedó, pobre Avendaño decían los vecinos, tantas luces que por su casa se veían. Tanto chiuque que la ventana le golpeaban; algo malo era lo que anunciaban.

Brujo mestizo de manos morenas que por todas estas tierras andas volando, en forma de pájaro cantando o como perro negro por las noches caminando.

Otra noche en tu guarida buscaste refugio, ahí justito en la Casa Grande. A tu rey fuiste a dar cuenta, de lo rápida y limpia que fue la ejecución; si porque la viuda ya les pago, si porque ese hombre lo mereció. Hombre violento don Avendaño, hombre sin corazón. Una vaca y dos corderos su vida valió.

Nombre

Osvaldo Guineo Obando

24

Lugar de residencia

Isla Cailín, Quellón. Chiloé