RECORDANDO A UN HOMBRE SIMPLE

Voy a hablar de un hombre sencillo a quien su padre le enseñó el oficio de mecánico. Era Hermógenes, que no fue ni mejor ni peor que otros hombres, uno de los diez hijos del matrimonio de Osvaldo Mancilla Mohl y Dina Pérez Pérez. Uno de los cinco hermanos mayores, que aparecen en la foto más antigua de la familia. Aquel que no tiene zapatos, el que está a pata pela, el de los ojos claros, es Hermógenes. Que en la escuela San Francisco, cuando su profesora de cuarto básico, le preguntó a cada alumno que sería cuando grande, unos contestaron que serían médicos, otros abogados, comerciantes; Hermógenes simplemente dijo “voy a ser trabajaol”, y fue creciendo en el pueblo como el árbol más simple hasta ser el único que cumplió su sueño.
Nadie lo podrá acusar de ambiciones desmedidas, ni de traiciones abominables, tampoco podrán alabarle grandes virtudes o reconocer algún talento insuperable porque un trabajador vive una vida simple compartiendo el pan con su familia y las alegrías con sus amigos, entonces, la muerte ya no existe; su recuerdo nunca quedará en una casa deshabitada, y su vida de hombre simple no será pasajera

Nombre

Luis Mancilla Pérez

63 años

Lugar de residencia

Castro, Chiloé