CHILOÉ

Llegar a Chiloé es una aventura; un viaje largo y sorprendente, la naturaleza siempre presente nos abre el paso para nunca dejar de descubrir la Isla. El viaje comienza al cruzar el Canal del Chacao, y la inmensidad del agua te recuerda que para llegar a Chiloé es necesario este desapego de la tierra.
La naturaleza nos acompaña en este viaje, las grandes colinas verdes se pierden en un horizonte lejano e interminable ; el sol , la lluvia y las nubes bailan jugando con un clima impredecible y acogedor.
Podemos conocer Chiloé observando toda su hermosa magnitud silvestre con una mirada al horizonte inmediato que nos rodea, o podemos verla en detalle. Con estas dos miradas se puede reconocer Chiloé en su totalidad. A veces la observación en detalle nos permite apreciar más lo que nos rodea y de lo que somos parte. Observar en detalle las texturas, la madera, la lluvia, las flores; nos permite sentir donde estamos. La naturaleza y su peculiar arquitectura de Tejas me hace reconocer un Patrimonio que no puede ser separado. Hogar y naturaleza, es un concepto que se mantiene unido y juntos enaltecen la identidad Chilota.