Mi patrimonio chilote es reunirnos en familia para ir a limpiar la tumba del abuelo que está en el cementerio de Agoní. Ya es tradición. La abuelita lleva flores nuevas para reemplazar las que están más viejas, dice que es una forma de cariño y para mantener su recuerdo.
Me gusta este cementerio porque tiene casitas que parecen de juguete. Mi mamá dice que son como un refugio que recrea la casa que tenían los muertos, para protegerlos del frío y la lluvia. Quizás ahora se visiten entre ellos, cuando nadie los ve.
Marisa Basualto Katscher
40 años
Castro