EL BOTE QUEDÓ GUARDAO’ EN EL ESTERO

Reflejos de la tierra en el aguacero, en el pequeño charco de historias milenarias, de personajes históricos que andaba en la chalupa a vela, navegando tres días, que salía de su casa para traer el pan y manjares a la familia, y el que a veces no volvía por el temporal. Las historias de las mujeres que arriesgaron su vida en bote para que aliviaran a su hijo de su malestar, y que lo pudiera mejorar, y no nos olvidemos de los que iban a pescar para llevarle un banquete a la mamá.
Sacaron la chalupa, salieron de Apiao, emprendieron navegación a la isla grande, atravesaron tormentas y la suerte acompañó a los que volvieron a guardar el bote en estero.
Todas las historias quedan, sus protagonistas siguen viviendo en el la mente y el lenguaje, el estremecimiento se siente y se guarda en la memoria.