UNA CAJA DE AMOR

-No te olvides de ir a buscar tu caja-, dice la madre por teléfono para dar a entender a su hija que le envió algo por correspondencia. Y así cuelga la llamada.

Desde siempre los jóvenes chilotes se trasladan a alguna ciudad cercana para estudiar una carrera universitaria. Desde ahí que el chilote recién llegado espera esas cajas (llenas de amor), nunca se sabe realmente qué lleva  adentro pero sí se sospecha será algo inigualable.

Milcaos,

Tortillas de papa,

Manzanas,

Chicha,

Roscas,

Una chomba,

Un chaleco,

Pichuñes…

La madre chilota se dio cuenta que puede meter un pedacito de Chiloé en una caja, que más que cosas es cariño, que un abrazo se puede envolver en papel craft  y poniendo de remitente Curaco de Vélez, Chiloé.