MAR LLENA

Tiene el compás de un vals en acordeón, su oleaje trae ecos de conversaciones de otros tiempos, frases encriptadas de una lengua que habita en el dormitorio del olvido y que resucita de cuando en cuando en algún pewma.

Limita con nuestra huerta, la que mi madre intentó por años hacer producir en vano; los ajos no crecían y culpaba a algún entierro o brujería, ya que siempre secaban sus intentos de cosecha. La arqueología nos reveló las respuestas, pues hoy es sabido que son cientos los conchales en el bordemar chilote que explican la infertilidad de muchos suelos en donde la pala extrae más conchilla que tierra fecunda.

Un sueño recurrente me atormenta. Estoy parada al atardecer en esa huerta frente al mar y converso con ella en una lengua que no conozco, me responde subiendo su oleaje bruscamente y enfurecida extiende sus olas como brazos, tratando de desgarrar la tierra con todo a su paso, tal como Coi coi vilu en inmemoriales tiempos cuando castigó el olvido de los hombres y su maltrato a la mapu ñuke.

Quién sabe si volveremos a desatar la furia de nuestros espíritus para lavarnos por dentro y renacer, siendo.

Nombre

Andrea Teiguel

Lugar de residencia

Castro, Chiloé