CONSERVAR, PERMANECER Y PERTENECER

Desde pequeña, siempre le pedí a mi madre que me traspase sus conocimientos para conservar.  Ingenuamente imagine que sólo se trataba de conservar frutas en un frasco… Con los años me di cuenta que cada otoño esperaba el momento de cosechar murtas en Ancud,  reencontrarnos con nuestras raíces, con nuestros relatos y permanecer nuestras tradiciones como familia, que aunque son pocas, son muy significativas.
Mis padres envejecen, pero sigo conservando sus aprendizajes, sus recetas, su amor y respeto por nuestra cocina. Ahora, tras varios intentos de búsqueda del propio hogar, y tratar de pertenecer en una época donde todo es instantáneo, donde todo es efímero, involucrarme en la cocina, me permite por un momento volver al nido, donde el conservar se convirtió en una tradición, ahora en mi hogar.